Se levantan temprano, desayunan con sus familias y salen como para ir al
colegio, pero desde hace un mes y medio sus vidas transcurren entre reuniones
con compañeros de distintas escuelas porteñas, tomas de colegios, protestas en
las calles, declaraciones a la radio y a la TV, charlas cargadas de política,
sesiones en la Legislatura que suelen terminar a los gritos, y sueños simples de
un país más justo.
El conflicto con el jefe de Gobierno de la Ciudad de
Buenos Aires, Mauricio Macri, y sus funcionarios por la reducción en el número
de becas para los estudiantes con pocos recursos les intensificó el compromiso
político y las reuniones con sus compañeros de colegio. Pero la
militancia ya era parte de sus vidas, al punto que es la actividad más
importante que realizan fuera del colegio.
“Plan de lucha”, “cambio social”, “sistema injusto” son
parte de su lenguaje común y de los intereses que comparten con sus compañeros,
con los que formaron un grupo de “ amigos militantes”.
Perfil reunió a tres adolescentes que lideran la toma de colegios y que siguen de cerca la gestión del ministro de Educación, Mariano Narodowski.
María Eugenia Estrin, “Maru”, del Manuel Belgrano; Nicolás Segal,
del Colegio Nacional Buenos Aires, y Florencia Montoya del Mariano Acosta. Maru
vive en un edificio con cancha de tenis, pileta y gimnasio, Florencia dice ser
muy pobre. Vienen de mundos distintos, pero las unió la militancia y la
convicción de que deben hacer algo ya para cambiar un orden social que les
resulta injusto. El Nacional Buenos Aires, al que concurre Nicolás, no se vio
afectado por el conflicto porque no recibe becas del Gobierno porteño, pero sus
estudiantes acompañaron desde el primer momento las actividades en una especie
de “asesoramiento militante”.